Esta costa se enmarca en el denominado Parque Natural de las dunas de Liencres, y es muy frecuentada a lo largo de todo el año por paseantes, surferos, todo tipo de deportistas y especialmente en verano por bañistas. Pero también ofrece la posibilidad de recorrer los límites de su costa mediante diversas sendas que llevan al límite de los acantilados.
Nos animamos a realizar esta ruta matutina de la que habíamos leído pero nunca habíamos tenido oportunidad de hacer, y comenzamos el paseo a través de los pinares de Liencres.
Este bosque de pinos tiene su origen en el año 1949 y presenta tres especies de pinos, aunque el que predomina es el pino marítimo (pinus pinaster).
Una vez atravesado el pinar, llegamos a los primeros acantilados cerca de la playa de Canallave. Aquí, comenzamos a recorrer el litoral en dirección Liencres sin demasiadas dificultades, disfrutando de las vistas e incluso viendo una estructura de un antiguo molino abandonado. Simas, diaclasas, areniscas, calizas y cuarcitas nos sorprenden a cada paso.
Nuestra ruta nos llevó hasta la espectacular playa de Pedruquías. Donde se aprecian las caprichosas formaciones geológicas modeladas por la erosión marina.
Siguiendo nuestra ruta, nos encontramos con zonas asfaltadas y grandes urbanizaciones costeras que quitan encanto a las playas de Cerrías y Portíos, pero que con el murallón de calizas y Margas sigue siendo impresionante.
Alcanzado este punto concluimos nuestro paseo, ya que debemos regresar al lugar de partida. Aunque existe una ruta de regreso circular que pasa por la localidad de Liencres, optamos por retomar el camino de ida, caminar junto a los riscos marinos es siempre una grata experiencia.
Con Caria Turismo y Arqueología podréis descubrir estas rutas, conocer su historia, patrimonio cultural y sobre todo patrimonio natural.