En la conocida localidad de San Vicente de la Barquera, en lo que fue una de sus puertas de acceso a la puebla vieja, se encuentra la Torre del Preboste. Embutida en la muralla de la villa, esta torre tuvo como primera funcionalidad, la defensa y el control de una de las principales puertas de acceso a San Vicente, la puerta de Santander o también llamada puerta de la Barrera.
El 3 de abril de 1210, el monarca Alfonso VIII otorgó el fuero a los pobladores de San Vicente de la Barquera. Esto conllevó varios privilegios para la villa como la exención de impuestos y del servicio militar por tierra, y el otorgamiento de un mercado semanal franco. Con ello, comenzó el auge y desarrollo de San Vicente, y la edificación de la muralla.
El edificio de dos alturas y cubierta a cuatro aguas, adaptado a la pendiente, fue construido con sillarejo y reforzado en sus esquinas con sillares. Ha sufrido muchísimas modificaciones en su estructura en cuanto a la apertura de ventanas, puertas e incluso balcón corrido como tiene actualmente. La torre del Preboste probablemente fue edificada en el siglo XIII junto a la muralla que rodeaba la villa, pero ha sufrido muchas reformas desde el siglo XVI.
Esta robusta torre recibe el nombre de Preboste, palabra que procede del término latín praepositus que significa encargado. Este título aunque se asocia tradicionalmente a un cargo catedralicio, en las villas de la costa del Cantábrico se asignaba de modo anual, vitalicio o por herencia a un miembro laico del Concejo de la Villa. La funcionalidad principal del preboste de San Vicente de la Barquera era controlar la puerta sur de la villa cobrar los diezmos a quienes accedían a ella.
En ocasiones la función del preboste era también la de regentar la cárcel de la villa. Desconocemos si la Torre del Preboste fue cárcel bajo el control del propio preboste puesto que no sabemos si las cárceles públicas de las villas, salvo la de Santander, son anteriores al último cuarto del siglo XV tal y como recoge Jesús Ángel Solórzano Telechea. Pero sí sabemos que esta torre de la muralla de San Vicente de la Barquera fue la cárcel de la Villa durante años.
Con Caria Turismo y Arqueología podrás realizar la visita guiada de San Vicente de la Barquera sin perder detalle de su historia y evolución. Y completarla conociendo rincones diferentes de Cantabria.
martes, 15 de julio de 2014
martes, 1 de julio de 2014
El origen de un cementerio singular, Comillas.
Tal y como ya recoge D. Ortiz de la Azuela en 1902, la primitiva iglesia parroquial de Comillas (hoy destinada a cementerio), "se deduce que se construyó y después se amplió en fechas anteriores al siglo XI y XII", aunque lo que se conserva es mayoritariamente de estilo gótico, siglo XIII. El licenciado Julián Ortiz de la Azuela, cura párroco de la Colegiata de Santillana del Mar, describe cómo esta iglesia sufre sus principales transformaciones en el siglo XIII y la ensalza como "un monumento arqueológico que le da derecho a Comillas a proclamarse tan antigua como cualquier otro pueblo de la montaña".
De la antigua iglesia de San Cristobal de Comillas no sabemos exactamente su fundación, pero sí que era el templo principal y que la antigua localidad se desarrollaba entorno a ella.
D. Andrés Lanuza en 1881 describe el lugar del cementerio de la siguiente manera"el sitio de Las Cabañas, donde existen muchas ruinas, a poco que se cave, se encuentran paredes y aún empedrados que demuestran las antiguas calle o callejuelas, y es también de presumir por la situación del primitivo templo que sirve hoy de cementerio"
Esta iglesia se abandonó en torno al año 1600 como consecuencia de un conflicto que se desencadenó entre en Concejo de Comillas defendiendo a la población y la familia Barreda. La tradición narra que una señora del pueblo se sentó en un lugar reservado para los Duques del Infantado, y que se le obligó a desalojar el espacio. El Concejo y el pueblo en apoyo a la convecina decidieron abandonar el templo y construir uno propio sin privilegios, la actual parroquia de San Cristobal.
En el Archivo municipal de Comillas se conserva el pleito del 30 de mayo de 1617 en el que el Concejo de Comillas y el mayordomo de la fábrica parroquial se enfrentan a Andrés de Barreda y familiares de Carranceja en contra del privilegio y ostentación para el uso de un asiento en la Capilla Mayor del templo. Pero todo el asunto de pleitos y personas implicadas en este conflicto es mucho más complejo que estas simples líneas que aquí se expone, D. Antonio Sama García tiene publicado un estudio en profundidad al respecto.
En consecuencia la iglesia se abandona.
Los templos en uso siempre se emplearon como cementerios, pero es a partir del año 1787 por orden del monarca Carlos III cuando se crea un establecimiento general de cementerios, marcando las bases para terminar con las inhumaciones en el interior de los templos y centros urbanos. Será en 1884 cuando esta legislación se haga firme.
Durante todo el siglo XIX se va desarrollando esta ley y se elaboran unas normas a seguir entorno a las características morfológicas de los cementerios. En una Real Orden de 1887 se especifica que sólo intervendrán en la construcción de los cementerios arquitectos, ingenieros o maestros de obra. Esta es sin duda una de las razones que llevó al II Marqués de Comillas, D. Claudio López Brú a contar con Lluis Domènech i Montaner para la reforma y ampliación del cementerio, siendo hoy en día una de las obras más destacadas de este arquitecto catalán.
Con Caria Turismo y Arqueología podréis visitar este magnifico cementerio declarado Bien de Interés Cultural e incorporado a nuestra ruta de cementerios históricos de Cantabria. Si queréis contratar nuestros servicios de guía sólo por Comillas, también estamos disponibles, os sorprenderá conocer de manos de profesionales la vida del Marqués de Comillas, los estilos arquitectónicos catalanes y el porqué se conoce como la villa de los obispos.
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